Esto son cuentos
para escuchar y deleitarse con su mensaje. Hablan del amor en sus diferentes
versiones y rompe con lo establecido a ritmo de Jazz. Son cuentos para
vivenciar y reflexionar sobre la erótica social con el toque jazzero. La
mensajera, la cuentista en este caso, es lo menos importante. Es erotismo, ni
sexo ni porno. Erotismo en su más puro origen; es decir, el amor incorporado.
El arte de hacernos felices l@s un@s a l@s otr@s por el amor y con el amor a
ritmo de buenos acordes y melodias sugerentes del Jazz.
Por el bien común; la Erótica Social.
Pero... eso sí, van con buenas dosis sorpresivas de elegancia sensual y seductora. Con sentido del humor y cierta irreverencia como también cierta... inocencia.
Este cuentacuentos pretende ser todo un deleite de sabores, formas y aromas del placer, que a través de los cuentos sugerentes y los hechizos embriagadores de "La Bruja", los acordes a la guitarra de Ángel Rubio y al piano con Richard Krull, las fuerzas de los instintos más profundos se proyectarán sobre ti con imágenes sorprendentes en tu mente, sensaciones burbujeantes por tus entrañas y te seducirá hasta caer en un mundo de fantasía y erotismo, lleno de sutilezas y elegancia. No faltes a la cita. Y que te cuente, verás lo que te cuenta...
Por el bien común; la Erótica Social.
Pero... eso sí, van con buenas dosis sorpresivas de elegancia sensual y seductora. Con sentido del humor y cierta irreverencia como también cierta... inocencia.
Este cuentacuentos pretende ser todo un deleite de sabores, formas y aromas del placer, que a través de los cuentos sugerentes y los hechizos embriagadores de "La Bruja", los acordes a la guitarra de Ángel Rubio y al piano con Richard Krull, las fuerzas de los instintos más profundos se proyectarán sobre ti con imágenes sorprendentes en tu mente, sensaciones burbujeantes por tus entrañas y te seducirá hasta caer en un mundo de fantasía y erotismo, lleno de sutilezas y elegancia. No faltes a la cita. Y que te cuente, verás lo que te cuenta...
MariCarmen, cuentacuentos.
Richard Krull, piano.
Angel Rubio, guitarra.
Entrada libre. Consumición obligatoria.
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